Si tuviéramos que dibujar este valle multicolor es posible que cogiésemos una paleta con predominio de cuatro pinceles esenciales: el verde que nos ofrece su exuberante naturaleza, el azul con el que nos obsequian sus cristalinas aguas, el blanco que diseñan los cerezos en flor y el rojo que desencadena el fruto que brota en los árboles.