Alconchel, separado de Portugal por el Río Guadiana, aparece a mitad de camino entre Olivenza y Jerez de los Caballeros a 44 kilómetros al suroeste de Badajoz. En sus mil años de historia ha sido testigo del paso de numerosas civilizaciones que han dejado su huella en este municipio que se asienta al resguardo del Castillo de Miraflores.
Alconchel ha obtenido el Certificado “Starlight” que garantiza sus excelentes condiciones para la contemplación del cielo estrellado y se reafirma como un lugar perfecto para el astroturismo.
Alconchel ha sabido preservar su fisonomía tradicional y conservar sugestivos rincones como el Arco de Clavellinas o la Plaza Mayor, con el reloj del año 1902 en este espacio convertido en centro de celebraciones desde el siglo XVIII y hoy reconstruido en mármol y flanqueado por cuatro enormes farolas de forja en blanco. Pero sin lugar a dudas el elemento más distintivo de la localidad es el Castillo de Miraflores, que domina con su imponente presencia todos los territorios del entorno.
De origen árabe, y reconstruido en el siglo XII por el monarca lusitano Alfonso Enríquez, fue consolidado luego por los templarios. Está presidido por la Torre del Homenaje y conserva su patio de armas, aljibes, mazmorras, la capilla y otras dependencias con distintos restos. Actualmente acoge el Centro de Interpretación de las Fortificaciones del Gran Lago de Alqueva.
El Aljibe y Noria del Huerto de Aguilar, el Convento Franciscano de Nuestra Señora de la Luz, la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, la Ermita de la Esperanza y la Antigua Cárcel Pública son otros elementos indispensables del rico patrimonio de Alconchel, que gracias a la ausencia de contaminación lumínica y la reducida concentración de partículas de la atmósfera se ha convertido en un lugar único y de gran calidad medioambiental para observar cielos oscuros y nítidos. La obtención del Certificado “Starlight” ha contribuido a dar los primeros pasos para establecer en las inmediaciones del Castillo de Miraflores el primer observatorio completo de Extremadura donde poder contemplar los astros mediante su observación directa con mirador celeste, mediante telescopio o en un recorrido a pie.
Diversificando la actividad del rico paisaje de la dehesa, en algunas de las grandes fincas de Alconchel es posible conocer el funcionamiento de una explotación agroganadera típica de la zona, realizar actividades de cuidado del ganado vacuno, contemplar el toro bravo en la dehesa o visitar las yeguadas deleitándose con las exhibiciones de caballos de pura raza en sus distintas modalidades. La práctica del senderismo, los paseos en bicicleta o el avistamiento de aves son otras de las posibilidades con las que obsequia al viajero este municipio, que tiene interesantes corredores eco-fluviales como los de Rivera de Alconchel, Ruta Cerro de la Esperanza, Ruta de los Jarales y El Camino Natural del Guadiana, que forma parte de una ruta que nos adentra en el Lago de Alqueva, el más grande de Europa.
El importante legado histórico de Alconchel ha dado lugar a varias fiestas de interés que reflejan la historia y las tradiciones del municipio, como “El Entrega” que se celebra el jueves de Carnaval, “Los Mastros” –durante la noche de San Juan- y La “Zaragutía Mora” -14 y 15 agosto-; celebraciones en las que el pueblo disfruta en la calle de la música, el fuego y las tradiciones más arraigadas. Todo ello acompañado de una completa oferta gastronómica que ha convertido a Alconchel en un referente: espárragos, tagarninas, vinos de pitarra, queso artesano de cabra y dulces como "prestines", galletas, roscos de vino y bollos de chicharrones que llenan de sabor los paladares más exigentes.
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