Viajar a Extremadura es como retroceder en el tiempo cuando viajamos a Cáceres, Mérida o Guadalupe, que cuentan con la declaración de Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Frente a la inmediatez, las prisas y el estrés, en Extremadura se apuesta por la vida en calma que nos ofrece la mayor parte de la región. Se da valor a los pequeños comercios, a los productos autóctonos, a la buena conversación y a largas sobremesas.
El incremento de viajeros en la región es el reflejo de una oferta diversificada y de alta calidad que invita a disfrutar del entorno sin prisas, disfrutando cada segundo de la naturaleza el patrimonio único y la cercanía de sus gentes.
Testigo del paso de numerosas culturas, es también un referente para peregrinos que llegan desde Cáceres en ruta hacia Santiago y hacen parada y fonda en uno de los lugares destacados del Camino de Santiago. La cultura pastoril y trashumante acompaña al viajero que encuentra en el Museo del Queso Torta del Casar un espacio para descubrir la historia y el proceso de elaboración de tan exquisito producto, seña de identidad y reflejo del buen hacer de la tradición ganadera de sus gentes y cuyo origen se remonta a épocas feudales y al Privilegio Real otorgado por Sancho IV. Ubicado en una casa típica, el centro museístico guarda la sabiduría y el secreto del proceso de elaboración de la afamada Torta del Casar mostrando con detalle el modo de vida de las familias dedicadas desde antaño a su producción artesanal. La arquitectura popular ha sabido conservar toda su esencia en el trazado callejero de Casar de Cáceres, adornado con calles salpicadas de sencillas fachadas, casas encaladas decoradas con granito en puertas y ventanas, y arcos como los que encontramos en la Plaza de España, bajo el albergue de peregrinos y frente al ayuntamiento. Los cinco pasadizos del municipio, ubicados en las intersecciones entre calles y travesías, son un elemento arquitectónico relevante del urbanismo local que, en contraste con la arquitectura tradicional casareña, y en perfecta armonía con ella, ha dado paso a edificios de inspiración modernista.
La región estará presente en la ciudad de Ede, a unos 70 kilómetros de Ámsterdam, en el Día Nacional de Sovon.
Trujillo es el centro geográfico de Extremadura. Cuando nos adentramos en esta ciudad nos sorprende una asombrosa riqueza patrimonial, presidida por el castillo desde el que se divisa un entorno digno de admiración.
Alconchel, separado de Portugal por el Río Guadiana, aparece a mitad de camino entre Olivenza y Jerez de los Caballeros. Conocemos un pueblo en el que han dejado su huella numerosas civilizaciones.
Miles de peregrinos recorren los caminos que llevan a Guadalupe. El Real Monasterio de Guadalupe recibe al caminante que llega a este enclave considerado referencia espiritual de Extremadura, que celebra su patrona cada 8 de septiembre.
Badajoz es una ciudad de marcado carácter transfronterizo mecida por las aguas del majestuoso río Guadiana. La ciudad se levanta en plena Raya Hispano-lusa, coronada por su Torre de Espantaperros. Abrimos las puertas de la ciudad más grande de Extremadura.
Tierra de romanos, lusitanos y vetones; de almohades, árabes y cristianos, en Cáceres da la sensación de que respiran las piedras de este conjunto monumental declarado Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1986. Cáceres es un ejemplo único de características patrimoniales e históricas bien conservadas que guarda celosamente más de 1.300 escudos heráldicos en las empedradas calles de su casco viejo.