En pleno corazón de la comarca de La Vera, a poco más de dos kilómetros del pueblo de Cuacos de Yuste y rodeado de bosques de robles y castaños, se alza el Monasterio de Yuste, cenobio de reconocida fama debido a que en él decidió pasar sus últimos días el entonces hombre más poderoso de la tierra, el emperador Carlos I de España y V de Alemania.
La fundación del Monasterio de Yuste se remonta a principios del siglo XV, cuando dos monjes ermitaños se instalaron en una finca de la comarca de La Vera denominada Yuste, nombre de uno de los arroyos que por allí transcurre. Los anacoretas se integraron en la orden de San Jerónimo, que con el apoyo del infante don Fernando, consiguió la carta de fundación del monasterio en el año 1.409.
Gracias a las ayudas de don Lope de Mendoza, de García Álvarez de Toledo, tercer señor de Oropesa y la familia Zúñiga, se edificó la nueva iglesia entre los años 1.508 y 1.525. A mediados del siglo XVI, el conventual se completaba con la construcción de un nuevo claustro de estilo renacentista, debido al aumento de frailes en la comunidad.
A partir del año 1554, con las obras prácticamente finalizadas, el conjunto conventual experimenta un cambio fundamental al conocerse la decisión de Carlos V de abdicar y retirarse en el Monasterio de Yuste. La decisión del emperador venía precedida de su abatimiento moral por la muerte de su mujer, Isabel de Portugal, además de su desgaste físico y espiritual.
Para su retiro, el emperador ordenó que se construyesen unos aposentos que servirían de morada para él y su servidumbre, con una pequeña celda para el alojamiento de su hijo Felipe. Carlos V deseaba terminar sus días llevando una vida sencilla y con poco acompañamiento, y de él partieron las ideas fundamentales para el diseño del austero palacio, que había de tener comunicación directa entre su habitación y la iglesia, de tal modo que pudiese ver desde su cama el altar mayor.
El emperador se instaló definitivamente en Yuste el 3 de febrero de 1.557 y tras su fallecimiento, el día 21 de septiembre de 1.558, el monasterio recuperó su condición exclusiva de convento religioso. En la actualidad es propiedad de Patrimonio Nacional y cuenta desde abril de 2024 con el Sello de Patrimonio Europeo que concede la Comisión Europea. Este galardón reconoce “el valor simbólico y el papel histórico del Monasterio –ubicado en la comarca de la Vera, en Extremadura- en la creación de la Europa actual”.
Sede de la fundación que lleva su nombre, el Monasterio acoge cada año el Premio Europeo Carlos V, un hito que le ha convertido en un centro comprometido con el impulso de la construcción e integración de Europa. El Monasterio de Yuste es el cuarto sitio en España reconocido con el Sello de Patrimonio Europeo.
Declarado Bien de Interés Cultural en 1931 y Patrimonio Europeo en 2007, en el Monasterio se llevan a cabo actividades culturales y académicas que permiten comprender mejor la Europa contemporánea. Regentado originalmente por la Orden Jerónima, conserva en la actualidad su función como lugar de culto con la presencia de monjes de la orden polaca de San Pablo Primer Eremita y mantiene así su antigua vinculación centroeuropea.
A unos centenares de metros del Monasterio de Yuste se erige el cementerio alemán de Cuacos de Yuste, que se construyó para reunir a los soldados alemanes caídos en las dos guerras mundiales en suelo español. El camposanto alberga 178 tumbas, de las cuales 26 corresponden a soldados caídos en la Primera Guerra Mundial, 154 en la Segunda Guerra Mundial y 8 de soldados desconocidos, en un enclave único que sin duda merece una visita.
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