El misterio de las Carantoñas de Acehúche

Por San Sebastián, el municipio cacereño de Acehúche se transforma en un pueblo siniestro cuando toman las calles las Carantoñas, hombres disfrazados con pieles de animales dispuestos a cumplir su promesa ante el Santo.

Cuando llega enero, los acehucheños celebran su gran fiesta, Las Carantoñas, declarada de Interés Turístico Nacional, que además contó con el beneplácito de sus vecinos en referéndum para conseguir el reconocimiento internacional.

Este pueblo del norte de la provincia de Cáceres, de apenas 800 vecinos, se vuelva con Las Carantoñas. Aunque la eclosión de la fiesta es los días 20 y 21 de enero, el bullicio de la gente comienza ya en la víspera, el día 19. Ese día por la mañana el mayordomo y sus familiares se encargan de recoger romero en las proximidades de la localidad y de vuelta al pueblo son recibidos con gran alegríapor los vecinos en medio de un sonoro repique de campanas y cohetes.

Por la tarde, los jóvenes y los niños se encargan de ir a buscar al tamborilero, pieza clave en la fiesta, al lugar conocido como “Gorrón Blanco”. Ataviado con flauta y tamboril recorre la localidad durante los tres días de la fiesta, animando con su música y su presencia.

Al amanecer del día 20 tiene lugar "La Alborá”, en la que el tamborilero recorre las calles despertando a los vecinos y a los hombres que se disfrazarán de Carantoñas. Todos ellos, junto con el resto de vecinos, se dirigen a las casas de los mayordomos, donde son invitados a migas extremeñas con café.

A partir de este momento, los que saldrán a las calles con sus Carantoñas regresan a sus casas para comenzar el laborioso ritual de su vestimenta, mientras los mayordomaos reparten el romero recogido para esparcirlo por las calles que recorrerá la procesión.

EL ORIGEN

El origen de esta peculiar celebración es desconocido, pero hay quien dice que se trata de la representación del martirio de San Sebastián, que después de ser asaeteado, las fieras del bosque le respetaron en vez de devorarlo. También se cuenta que el Santo fue un soldado romano que fue juzgado y condenado a muerte por no renegar de su fe cristiana.
 

De generación en generación se ha transmitido también la creencia de que hace muchos años sobrevino por los pueblos vecinos de Acehúche una gran epidemia de peste y los habitantes se encomendaron a San Sebastián para que no les afectara; la enfermedad no se extendió por la localidad y desde ese momento decidieron celebrar una fiesta en honor al Santo. 

La Carantoña es un sinónimo de carantamaula, una máscara de aspecto siniestro que llena las calles de Acehúche cada mes de enero por San Sebastián. Son hombres disfrazados con pieles sin curtir, de oveja o cabra, que cubren sus rostros con una máscara, también de piel, de la que cuelgan piminetos, orejas de animales, colmillos, etc. que les dan un aspecto realmente siniestro. En su mano llevan un ramo seco de acebuche u olivo silvestre, aunque antiguamente portaban una vara seca con muchas puntas, llamada “tárama”.

Los momentos imprescindibles de la fiesta son “La Alborá”, cuando el tamborilero recorre las calles con su música de flauta y tamboril para despertar a las Carantoñas y anunciar la llegada del gran día; la Santa Misa y procesión en honor a San Sebastián, y “La Loa” o alabanza al Santo.